Hoy me he levantado
extremadamente triste. Estos días en casa de Vicky me estoy dando
cuenta de lo feliz que es, y no es que no me alegre, al contrario,
pero pienso en que Byron , yo y nuestra hija, o quien sabe, nuestros
hijos, podríamos haber sido tan flices como ellos. Cuando medito
sobre las cosas que se va a perder mi amor me derrumbo, la carita de
su hija, su sonrisa, sus primeros pasos... pienso también que nunca
me verá envejecer, que nunca podrá disfrutar de todo lo que le
faltaba por experimentar, nunca llevaremos a cabo los planes que
teníamos para el futuro, y eso me hace desfallecer. ¿Por qué pasan
éstas cosas? ¿Por qué se tienen que ir los mejores? No hay más
dolor en la vida que perder a un ser tan querido, y solo a los que
les ha pasado esta injusta desgracia me comprenden.
Después de desayunar
limpio un poco la casa, quiero compensar lo que mis amigos están
haciendo por mí, que se están esmerando mucho en que siga adelante
es hasta palpable.
Como Brad se ha ido a
trabajar (él también trabajo en verano, como Byron, o mejor dicho,
como lo hacía Byron) y Vicky ha tenido que ir a hacer unos recados,
me he quedado sola en casa con Aron. Ver a Aron me ha echo mucho
bien, es una ricura y nos llevamos a la perfección, el me llama tita
Aria y yo le digo renacuajo. Verle corretear y jugar por la casa es
lo único que me saca una sonrisa. No veo el momento de tener a mi
niña conmigo, en mis brazos.
Decido que no quiero que
Aron se pegue aquí metido todo el día, es verano, hay mil cosas que
hacer en Nueva York. Supongo que también me servirá a mí, para
despejarme y eso. Así que le mando un mensaje a Vicky avisándole,
me visto, visto al renacuajo y cojo el bolso.
- ¿Qué te apetece hacer renacuajo?
- Puees... primero al parque a tomar un helado, después... a la tienda de animales tan grande que hay cerca de mi cole, después...
- Bueno, bueno, tranquilo pequeño, de momento vamos al parque y después ya veremos.- Le sonrió mientras le despeino el pelo.
Cogemos un taxi y le
indico la dirección.
- A Central Park, por favor.
- Muy bien, señorita.- Señorita... suspiro.
Al cabo de 35 minutos
llegamos. Pago al taxista que era muy amable, por lo que le doy una
generosa propina. Él, encantado, me sonríe sinceramente y nos
desea un feliz día. Nada como la gente amable en este mundo cruel.
Nos
pegamos toda la mañana en Central Park, tomamos el helado favorito
de Aron, montamos en bote por el lago, paseamos por Sheep Meadow...
y hasta nos hacemos fotos graciosas. Sin duda el día está yendo
mejor de lo que pensaba. A la hora de comer vamos a un sitio que
Aron me enseña, dice que va mucho con sus papis. ¿Quién soy yo
para negárselo? Entramos, es un bar-restaurante muy bonito, no es
muy formal, pero tampoco un lugar de comida rápida. Tiene bonitos
cuadros en una pared y un espejo que cubre la de enfrente. Nos
sentamos en una mesa de la parte del restaurante y le pregunto a Aron que quiere.
- Siempre me pido macarrones boloñesa y pechuga de pollo con patatas.
- Muy bien renacuajo.- No hace falta ni que llame al camarero, ha llegado ya.
- Muy buenos días, ¿qué desean?- Cuando me giro me topo con unos preciosos ojos azules, pero no son solo azules, tienen un extraño círculo verde alrededor del iris. Madre mía, son preciosos.
- Eh, sí. Macarrones boloñesa y pechuga de pollo con patatas para el renacuajo.
- Muy bien.- Apunta en la libreta.- Y usted, ¿preciosa dama?- Me ruborizo, y no sé por qué.
- Puees... risotto de queso y merluza en salsa, por favor.
- Gran elección, la merluza en salsa hoy está especialemente buena.- Qué sonrisa tan adorable.- Lo tendrán en unos 10 minutitos. Ahora les traigo algo de beber, ¿agua o...?
- Sí, por favor, agua. Muchas gracias.
Esperamos
unos minutos y antes de que sean 10 nos sirven la comida. Vaya, qué
rápidos, y tiene una pinta increíble.
Comemos
muy a gusto mientras charlamos sobre cosas sin excesiva importancia.
Pronto nos acabamos el primero y nos sirven el 2º.
- Aquí tienen. Espero que estén comiendo a gusto.- Es el mismo chico que antes. Tendrá unos 25 años, como yo. Tiene el pelo castaño con un estilo desenfadado, y unos dientes muy blancos. No deja de sonreír así que se puede apreciar bastante. Este chico me transmite simpatía, es como un vaso de agua fresca en medio del desierto, sientes la necesidad de no dejar de hablar con él.
- Sí, estaba muy bueno, y son muy amables, gracias.- Cuando le miro y le sonrío parece que el chico se pone algo nervioso y se le cae la bandeja al suelo.
- Vaya, qué tonto soy.
Me
agacho y le ayudo.
- Qué va. A todos nos puede pasar. Desgraciadamente el ser humano es algo torpe por naturaleza.- Intento quitarle importancia, tiene las mejillas muy rojas.
- Gracias, señorita.- Y se va.
- Ese chico estaba rojo, creo que le gustas tita Aria.
- Calla renacuajo, ¡no seas maruja!- Le saco la lengua, pero no puedo evitar pensar en lo que ha dicho.
Cuando
terminamos el 2º plato estamos llenos y no nos entra postre, así
que pido la cuenta alegremente.
- Serán 36 dólares.- Qué bien está de precio, pienso.
- Aquí tiene, muchas gracias. Estaba muy bueno.- Esta vez es una chica.
Cogemos
las cosas y nos dirigimos a la puerta, me fijo en que el chico me
mira, y antes de salir se acerca algo rápido.
- Me llamo Christian. ¿Puedo saber su nombre, señorita?
- Soy Aria, Aria Morrison.- Le dedico una dulce sonrisa y cojo a Aron de la mano.
- Vamos a la tienda de animales renacuajo.
Es
la favorita del peque, según me ha dicho. Está a solo 6 minutos
del restaurante.
- Vaya sí que es grande.- Digo cuando llegamos.
- Sí, tita, y ya verás por dentro, ¡hay muuuchos tipos de animales!
Me
lleva rápido y ya llevamos un cuarto de hora en la tienda cuando
llegamos a los perritos. Mi mirada va directamente a un precioso
cachorrito que sin duda sé que es un golden retriever. Es lo cosita
más mona que he visto en mi vida. Aron se debe haber percatado de
que me ha hipnotizado porque dice:
- ¿Por qué no lo compras tita? Tienes mucho dinero.- Río por ese comentario.
- No es por el dinero renacuajo, una mascota requiere mucho trabajo, y más un perro, hay que sacarlo a pasear, llevarlo al veterinario, darle de comer... Y además esta raza se hace enooorme.
- Aún así me lo cogería.- Me guiña el ojo y se va a mirar el perrito de al lado. Hay que ver este niño, con lo pequeño que es y lo listo y espabilado que es ya.
Me
quedo ahí plantada sin poder dejar de mirar al perrito. Miro el
reloj y veo que es algo tarde así que busco a Aron, le cojo de la
mano y vamos hacia la puerta. Pero... ¿qué?
Juraría
que... ese chico que acaba de salir era... el del bar. No importa.
Seguro que son imaginaciones mías. Estoy algo trastornada.
Vicky
me llama y me dice que han llegado mis cosas de la mudanza y que ya
han traído mi querido mercedes. Bien, ya puedo instalarme en mi
ático y dejar de darles mal.
Mañana
mismo me pondré manos a la obra y a decorar mi nueva casa.
ohhhh k mono es Christiaaaan!
ResponderEliminarcreo que a Aria le gusta! y ella a él esta claro k si xdxd
puedes subir una foto para ponerle cara cmo has hecho con Aria?? :)
espero el proxi
kissessss
Hola Isa =) Jajajaja, bueno eso ya se verá, habrá que seguir leyendo para descubrirlo xD
EliminarClaro, pensaba poner un test para que seáis las lectoras mismas quienes eligáis su cara xD Tengo pensado unos cuantos ^^
Mañana ya estará el 5º!
Un beso
Hola!!
ResponderEliminarMe han encantado tus capítulos hasta ahora, son geniales!! Ay, ese Christian... estoy deseando saber que pasa! xD
Besos.
Muchas gracias! A mi me gusta mucho el caso Scarlet! ^^
EliminarSí, ese Christian dará que hablar, pero no sé si para bien o para mal... (soy mala, sí)
Un beso
qué monooo es Arooooooon (L)
ResponderEliminarnecesitoo saber maaaaaaas Tania!
me encantass
jajaja muchas gracias! pronto sabrás más!
Eliminarun beso
aay me como a besos a Aron! es muy tierno. me encanta tu historia espero el proximo capitulo con mucha curiosidad, quiero saber mas sobre Christian :3.
ResponderEliminarun besote grande Lucia
yaa, es monísimo ^^
Eliminarhoy subiré el próximo!
un beso
Me encanta Christiaan!!! Pero que monoo ^^
ResponderEliminarMacarrones a la boloñesa mmm, que rico jaja
el capitulo esta que se sale
Un besoo